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01 junio 2021

OPINIÓN | NUEVA CONSTITUCIÓN: CUIDADO Y CRIANZA EN EL CENTRO DEL DEBATE

Por Francisca Puga T., directora ejecutiva de Triple P Latinoamérica

El cuidado de niños, niñas y adolescentes sigue recluido en el mundo de lo privado. La pandemia ha evidenciado cómo es un desafío no resuelto, que continúa categorizado en lo individual. La nueva Constitución abre una oportunidad tremenda de ubicarlo en el centro del debate y de asumir como sociedad un compromiso sobre este tema. 

Esto implica el reconocimiento y la valorización de esta labor y su impacto en la sociedad. Poner al centro el cuidado significa también responder a la deuda histórica que Chile tiene -pese a los enormes esfuerzos de las últimas décadas- con los derechos de niños, niñas y adolescentes, y la falta de una ley de garantías universales para la niñez.

La Convención sobre los Derechos del Niño establece como primer derecho la identidad y la familia, dentro del cual instaura "que el Estado garantice a sus padres la posibilidad de cumplir con sus deberes y derechos". Esto incluye, entre otras cosas, apoyar la crianza y asegurar a todos quienes crían las condiciones para poder hacerlo. Padres, madres, tíos, tías, abuelos, abuelas, vecinos y vecinas deben poder acceder, cuando lo requieran, a herramientas efectivas e ideas que les permitan ejercer el rol de crianza de manera cariñosa y en confianza.

Hay evidencia indiscutible de la importancia de la crianza y su impacto en el desarrollo de niñas, niños y adolescentes. Se sabe, por ejemplo, que la crianza incide en aspectos tan fundamentales como el desarrollo el lenguaje y las habilidades sociales, la regulación de las emociones e influye también en el rendimiento académico.

Un reporte del Centro de Salud Mental del Reino Unido establece que el 60% de los costos de programas de apoyo a la crianza se recuperan en un plazo de dos años. Apoyar la crianza puede prevenir y tratar problemas emocionales, sociales y de salud mental. También ayuda a prevenir maltrato infantil y la necesidad de recurrir a medidas de cuidado alternativo.

Como país, debemos abordar de manera integral el cuidado y la crianza, tomando como una oportunidad histórica la nueva Constitución. Necesitamos avanzar en garantizar las condiciones y un acceso universal a herramientas para que aquellos y aquellas que cuidan puedan ejercer este rol. Necesitamos, también, promover una política de corresponsabilidad, donde hombres y mujeres, la familia y el Estado se articulen para contener, acompañar y guiar a niños, niñas y adolescentes en todos los aspectos de su desarrollo individual y social.

* Columna de opinión publicada en Cooperativa.cl